jueves, 13 de junio de 2013

El corrector

Hace  un par de meses vi una película alemana titulada : "El lector". La história era la de un  muchacho que leía, por encargo, a una mujer madura. libros ; era analfabeta. Me sorprendió que los alemanes, tan  suyos en sus cosas, reconocieran que una ciudadana suya no sabía ni leer ni escribir.  Pero el ambiente  determinante, que les permití de este pensamiento o  la licencia, es que era la epoca nazi y ella  habia sido la celadora, es un decir, en un campo de exterminio. Pero este no es el caso; ni para este caso.

La traída a colación, como se decía antes, o a proposito,  de estas notas , porque desde hace mucho tiempo quiero escribir unas lineas sobre el corrector o el oficio de corrector de las letras  de las "pruebas" de imprenta, de los escritos, antes de editarse. Y , ahora, en la nota visible en el ordenador.

Me quedaria escaso en su elogio si dejera que su funcion es importantísima para los que escribimos de una manera o de otra,me refiero a bien o peor, pero con letra impresa, en la rotativa, en la imprenta  manual, en tu casa o en los correos electrónicos de cada uno. Soy muy, pero muy, mal mecanógrafo. Golpeo el teclado de mi ordenador como antes  golpeaba las letras  del tablero de la Hispano Olivetti. El resultado es que se  me agolpan las ideas, las trato de trasladar como vienen, a su velocidad mental y me equivoco en la ordenacion de las letras de cada palabra. Y, después, tengo que corregir, lentamente, desesperadamente lento.

Cada vez que, en el diario en el que trabajaba, aparecía por la puerta uno de los magnificos correctores que había, afortunadamente, me decia. " Perdone, señor Molinero ,¿ no querra  usted decir esto en vez de aquello?.  Faltan letras o le falta el verbo en el tiempo de  conjugación idóneo o la pluralidad o la singularidad. Yo ya lo entiendo , pero a veces los lectores, no."

Cuando acabo de redactar estos breves billetes, de corregirlos y , después de publicarlos, siempre descubro  tarde e imposibnle de corregir, una palabra que se me ha escapado de su texto, una coma violenta, salvaje e indepenciente  de su función y un punto que es más que una coma, que es  un punto y coma. Y para concluir, en este ordenador había una pestaña que me anunciaba, en amarillo chillon, las erratas. Se ha marchado,cansada, supongo,  pero sin avisar decentemente  y  asi lo ha hecho  de su destino  de una manera infiel y torticiera de su  puesto de ayudante  y me ha dejado sin sus insultos por mi ignoracia  y por mi incorrección. Que mala jugada.

Añoro a aquella buena persona que abria la puerta del despacho donde trabajaba en el  diario y me preguntaba, papel en mano, sí podía habar conmnigo sobre aquelo que estasba escrito  alli. Casi le quiero en la distancía del tiempo.

La verdad es que, siempre, necesitaré un correcto de palabras ; y, acaso, tambien de mi vida profesional. Y todo ello , pensando en plena alegria  de la llegada gloriosa del buen tiempo, despues de pasar un invierno de diez meses.

Sentía la obligación de esta nota de disculpa a mis lectores. seguramentre han sorteado las erratas y hasta los errores con afecto.y gracias a su dotes de adivinación de lo que realmente queria decir.

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