Hemos pasado unos días,y hablo de pasado de manera consciente, en los que la ciudad de Burgos y los burgaleses han protagonizado las primeras páginas de los diarios nacionales con las noticias de la revuelta de unos ciudadanos afligidos por muchas cuestiones : pero no sobre todo por el miedo.
He leído muchos comentarios de varias personas que han opinado sobre los acontecimientos suscitados en las calle Vitoria de Burgos por su innovación, sucesos protagonizados por los vecinos de Gamonal.
He transitado por la calle Vitoria,en todas las ocasiones que la vida me dio; por estar tres años en un cuartel de artillería, ubicado en la citada calle. Ese acuartelamiento, hoy está desaparecido,fue derruido. Amigos, menos amigos y distantes convecinos me han hecho revivir el mundo de esa calle desde mi mas y juveniles años.
Lejos de mi ánimo , también afligido por estas debates que ensombrecen mi ciudad natal y mi tierra de alumbramientos felices, entristecen el comentario que esta dirigido a la necesidad de hacer o decir mis pensamientos ya que, como decía con razón Dentato, el poeta griego," prefiero morir a vivir muerto".
Ha habido un titular que ha reflejado esta situación con el grafísmo de la gracia espontanea. He leído: " Burgos, bolchevique". Todas las personas que se relaciona conmigo de una manera afectiva me han llamado para exponer su interés por ese cambio radical de una ciudad que es, esencialmente su catedral. Como decía Virginia Wolf, sobre Londres, que es siempre su referencia a "Westmister". Burgos, es la catedral. La cita a la catedral de Burgos es lo primero que te dice cualquier persona a la que manifiestas que has nacido en Burgos.No dicen nada mas.Pero no es poco.
Ahora, hoy, estos días, ha surgido a la actualidad de cada hora, Gamonal, pueblo cercano en mi época, y hoy es un barrio añadido a la ciudad. Todos los ciudadanos tienen el derecho a manifestarse. Y la pregunta que surge en que circunstancias sociales y políticas nace la violencia del destrozo sistemático de una parte de la urbe, del ataque sin pausa, del ladrillazo a la cabeza y del porrazo a la espalda. Y que es posible que en otra ciudad, la opulencia, la petulancia , el vicio y la corrupción impiden que la gente diga lo que piensa, aunque muchas veces no piensa lo que dice. O no han funcionado los cauces de vecindad. O están llenos, esos cauces, de malas hierbas y matojos estériles Pero menos sensible, ante esas causas, es seguir la absoluta pasividad, el estar muerto en la vida.
En Burgos ha pasado lo que ocurre, en ocasiones, en muchos sitios que la personas hablan solas de dialogo, en monologo; y lo primero que hacen sin mediar palabra siquiera, es lanzar un ladrillo físico o legal o una porra física o legal al discordante.
La violencia ha entrado con fuerza en nuestra vida tan angustiada y tan afligida como decía antes.Pocas veces, y tengo experiencia profesional, como abogado, se encuentran los ánimos para ceder, cada uno, en lo que considera vital y esencial para la vida. Luego se demuestra que no es tan esencial.ni mucho menos vital. El palo y tente tieso no es posible que favorezca la comprensión y el dialogo. He asistido a muchas reuniones de promotores urbanísticos y ciudadanos afectados por el proyecto. Si el ayuntamiento o la administración empieza con el golpe de mano de la expropiación no es posible seguir adelante.
La Administración, desde hace muchos años, mejor algunas administraciones desde hace poco tiempo, saben que no pueden mandar con la porra; hay que negociar y ceder. Y si no , a los tribunales de justicia, que para eso están en las democracias. Pero en ultima e irremediable instancia.
Espero que Burgos deje de ser bolchevique, pronto.Menos hablar de negociación con la manos sin soltar el ladrillo o la porra.Que es lo que pasa. Y los primeros que deben bajar la porra es la administración.
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