lunes, 9 de abril de 2012

el aislamiento personal

Hace unos días leí en un diario barcelonés, el relato de una persona que había seguido, primero desde el balcón de su casa y después en la propia calle, la manifestación tumultuosa de un piquete de huelguistas el día en el que estaba convocada la huelga general contra la reforma laboral.

El relato periodístico era impecable.Describía el tipo de las personas que iban en la manifestación, los destrozos de bienes publico, los altercados en la calle, la inseguridad de las personas y de sus bienes, este observador no hizo nada para cortarlo o impedirlo. Ni siquiera marcó en su teléfono móvil el número de las fuerzas de orden, incluida la policía municipal e incluso creo recordar que relata que unos guardias locales pasaban, después de la aventura callejera del piquete, por la calle, poniendo de nuevo los contenedores en su sitio. A los del piquete nadie les puso en su sitio. Ni se intentó.

Hace menos días, cuando viajaba en el llamado tren urbano de Sarria, entraron en la estación de Muntaner, dirección a Barcelona, don jóvenes. Uno de los cuales, puso los pies delante y encima del asiento de enfrente del suyo. Le pregunté que si estaba cansado me dijo que si. y después le dije que estaba deteriorando un bien de todos.Inmediatamente bajó los pies del asiento. Y no dijo nada.

Esa actitud mía es una actitud irresponsable. Me tropecé con dos muchachos educados y muy jóvenes. Podían tener la oportunidad, aquel muchacho y su compañero, de insultarme. No lo hicieron. Podían haberme , pegado. Y no lo hicieron. Tuve suerte. Nadie me garantizaba que mi reconvención a ese joven hiciera que retirara los pies del asiento de delante y no acabe en un juzgado o en una comisaria de policía.Nadie me garatizaba, ni la ley, ni el orden, que yo no fuera penado por intromisión en la conducta incivil de un joven.

Muchos días leemos en los diarios que una persona que intervino en una discusión, ajena a las disputas de los contendientes, son asesinadas por uno de los discrepan tes.Sin mas.Este temor se acentúa cuando la persona es mayor, y cuando la persona, además de no responder físicamente al ataque, es consciente de que es posible y probable que el comentario de sus viajeros y compañeros del tren, si se hubiera producido la agresión, hubieran dicho: Pero ¿Por que se mete en lo que no le importa?. A mi si que me importaba.

La sociedad, en la que me incluyo, ha llegado a este grado de cobardía social. Es el resultado que unos energuemenos asaltan , destroza, no cosas de propiedad privada, si no bienes públicos y funciones publicas como impedir la reunión del parlamento de Cataluña, y sean y estén implicados, los denunciantes, en un proceso penal. Y los guardias sometidos a una acusación procesal penal por haber golpeado a los que impedían la actuación de hombres públicos. Ese estado de animo conduce al aislamiento de la sociedad de los problemas comunes. Después viene el desentendimiento ante los problemas suscitados en personas de relación inmediata o sociales de vinculacion vecinal.

Esa persona que describió la manifestación del día de la huelga, en un calle, de lante de su casa, no hizo nada. De haberlo hecho a lo peor la fachada de su casa estaría , ahora,llena de grafitis insultantes e irresponsables, de incluso de zarandeo en la calle en cualquier momento, llevados a cabo por los que paseaban aquel día por la calle. Y también, es posible que sufrieran denuncia en un procedimieno penal por haber interferido en el ejercicio de un derecho constitucional: la huelga laboral.Como paso al conseller de Gobernacion de la Generalitat y a los policías que desalojaron la plaza de Cataluña, lugar jardines y fuentes transformados durante muchos días en duchas públicas de los acampados

Todos estamos practicando la huelga del aislamiento social. Y así nos va

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