El presidente del Consejo del Poder Judicial ha hecho unas declaraciones poco sorprendentes y menos pensadas ; al menos, para mi punto de opinión, como ciudadano sencillo. El presidente del Tribunal Supremo, que es la misma persona que el anterior, ha declarado: " Viajar en la clase "turista",del Ave, es en demerito del cargo". O algo así.
Cuando digo que es poca la novedad de esas manifestaciones, he de añadir que he estado en muchisimas ocasiones, oyendo, desde mi época mas lejana y de lozanía juvenil y después en múltipleses circunstancias mas próximas y endurecidas por el paso del tiempo, esa manifestación añadiendo otra singularidad de la "Celtiberia Show " que inventó Luis Carandel, compañero de los cursos de la Escuela de Periodismo de Barcelona, y como descargo de su emoción mas clasista: " No es por mi; es por el cargo". Ese es un ejercicio de falsa humildad personal y de enaltecimiento del cargo se tiene que corregir pidiéndole que deje el puesto.
Ignoro cual es su pretensión verdadera. Es posible que sea una aspiración de amparo, como protección y enaltecimiento del cargo para seguir utilizando el dinero de los españoles. No lo creo. Pero quizá debe corregirse inmediatamente pidiéndole que lo deje. Y es por el y no por el cargo. Claro que no puede viajar en la clase turista. Lo que no tiene que viajar es en el Ave y acudir a los trenes normales de la Renfe para evitar que se sienta humillado . Y que, además sepa lo que es utulizarlos y despues atienda mejor y mas rapidamnente las demandas de los restantes viajeros de los trenes de cercanías, repletos de viajeros, mochilas juveniles, que cantan y manejan constantemente los ordenadores y los tabletas de consulta y se las pasan de unos a otros.
No acabo de compreder, ( sí que lo comprendo , pero se trata de crear una forma literaria ) la forma de plantear el caso de que ese señor para que cámine en el ámbito jurídico, cualquiera, como los demás mortales, ya que los años que lleva en el cargo le han desconectado de la realidad de las redes y de los enredeos de los ferrocarriles.
Pero no es por él ,claro que no. Es por el cargo dado por los órganos de sus compañeros de clase y de profesión para que defienda a todos los españoles en su ejercicio profesional. O acaso para que solo entienda a los de la clase preferente, que van en el vagón privilegiado , y no al de los otros vagones en los que los viajeros, sencillas personas sin cargos, sacan el bocadillo de calamares comprado en la estación de Atocha; y lo comparten, en comunidad de bienes consumibles, con el resto de los viajeros de la clase turista.
Pues no falta menos.Y es por el cargo. Por regla general algunos no son asi.
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