lunes, 28 de febrero de 2011

el rigor en el hacer

Hace algún tiempo, en una reunión en el Colegio de Periodistas, a las que no he asistido nada mas que en pocas ocasiones, en la que se trataba de la creación de consejos asesores en materia de Derecho de la información, mas o menos encubiertos de política ética, /madre mia/,para crear una clima acorde y vigilante con el pensamiento de la mayoría, dije que ese rigor en la información que se pretendía y para lo cual debiera estar y estaría vigilante el comité, no era posible. Tal no era posible que todos los reunido sabíamos que por la añagaza de la rigurosidad informativa levantaban la cabeza vigilante de los comités de control de la información y de las opiniones. Quiedan, de momento, mas o menos desanimados en sus actitudes en los planteamiento con una especial exquisita áurea de libertad. Pero , despues, volvían los proponentes con impetu vigoroso. En España, dije allí y lo sostengo cada vez que cualquier personaje habla de rigor informativo que en España no era, ni es, posible, ya que solo existía el rigor mortis y de que lo realmnente pretendido era un rigor censor.

La afirmación anterior recibió, entonces, como casi siempre, al respecto unas sonrisas mas o menos conmisedaras de la mesa que presidia el acto, despachándose con palabras que no tenían nada que ver con la realidad de la discusión. Aquí lo mas correcto es hacer unas travesuras y especialmente unas brillantes frases con juego bien enlazadas de palabras encontradas de significar lo mas rotundo posible y el mínimo encuentro con la realidad.Para disimular la falta de rigor personal .

Cada día me tropiezo con el rigor temperamental de muchas personas.A veces, se mantiene para ahuyentar a los adversarios, para que todos, o la inmensa mayoría,consideren la alta cultura y erudición con las citas de personajes ciertos o inciertos en la vida intelectual, que., seguramente, no dijeron nunca lo que ahora dicen que dijeron. O pronunciaron la frase en un ambiente distinto y lejano que no se puede mezclar, ni reproducir. En un escenario teatralmente bien montado pero alejado de la realidad de la platea del publico, por el foso de la verdad, y por la envoltura del rigor ficticio en un cuadro desencuadernado.

En alguna ocasión he leído del relato histórico, supongo que adulterado por el historiador contrario al emperador , que cuando las fuerzas turcas atacaban Constantinopla, golpeando ya sus muros, los intelectuales y asesores de aquel imperio estaban discutiendo sobre el sexo de los ángeles.

Han pasado muchos siglos desde aquel acontecimiento, y todavía lees opiniones ,relatos, comentarios que no tienen nada que ver con lo que nos ocurre o le ocurre a la mayor parte de la gente de la calle. es una irrealidad brillantemente expuesta.

Esos relatos , sin ninguna clase de rigor,están en la travesura de la irresponsabilidad. No llegan a nada. Ni a sus lectores. Ni a ellos mismos. Es una rebeldía falsa. No hay detrás mas que el papel del envoltorio. El rigor de todo se queda, como siempre, para los muertos . Aunque a algunos, por sus actitudes descolocadas ya se le puede otorgar la condición de fallecidos.

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